Yakisugi, quemando la madera para protegerla

Yakisugi: quemando la madera para mejorar su durabilidad

Sí. Has oído bien. Aunque estos últimos años se ha puesto de moda en occidente, los japoneses llevan 150 años poniendo en práctica la técnica llamada Shou-sugi-ban que consiste en quemar la madera para mejorar su durabilidad a la intemperie.

Vamos a descubrir juntos cómo este método, utilizado en el mundo rural japonés por ser una solución práctica, versátil y económica para revestir fachadas, se ha convertido en un recurso de diseño elegante y contemporáneo.


Fuente: archeyes.com | Japanese Teahouse Tree | Terunobu Fujimori/ 

¿QUÉ ES SHOU-SUGI-BAN / YAKISUGI?


Yakisugi es el nombre correcto de esta técnica típica nipona. “Yaki” significa calentar con fuego y “Sugi” es el nombre común de Cryptomeria japónica (cedro japonés), una especie endémica de Japón utilizada en la fabricación tradicional del shou-sugi-ban.

El procedimiento tradicional consiste en construir una chimenea con tres tablas de madera de sugi de pequeño espesor atadas entre sí con alambres. Una vez construida, se coloca papel en su interior. En el centro de esta chimenea se enciende una pequeña hoguera que se extingue rápidamente, en unos 7-10 minutos, cuando el fuego se ha extendido a lo largo de las tablas. Según alcanzamos el espesor de carbonizado que queremos, las piezas de madera se rocían con agua y se dejan enfriar.

En las imágenes de abajo podemos ver al arquitecto e historiador japonés Terunobu Fujimori aplicando la técnica clásica a unas tablas de sugi. Fujimori ha llegado a aplicar este método a tablas de hasta 8 metros de longitud.

Fuente: Método Yakisugi por Fujimori 

Hoy en día es más habitual realizar este proceso de carbonizado en hornos o con soplete industrial. Como este método se ha extendido y hecho tan famoso últimamente, internet está lleno de tutoriales para amantes del DIY en los que te enseñan a carbonizar por ti mismo la madera con un soplete de mano.

La capa carbonizada puede cepillarse o rasparse ligeramente en función del acabado final que deseemos. Con un cepillo de alambre se elimina la capa superior carbonizada. En Japón, si el acabado final no se cepilla se llama «Suyaki», si se cepilla una vez, “Gendai”, y si se realiza dos veces se conoce con el nombre de “Pika-Pika”.

Fuente: nakamotoforestry.com | Acabados de yakisugi

Para prevenir el descascarillado de la capa carbonizada en la manipulación de las tablas y minimizar las manchas de carbonilla durante la instalación se recomienda la aplicación de un aceite o cera.

Durante el proceso de carbonización de la madera, la celulosa de la capa externa se quema mientras que la lignina permanece. Al desaparecer la celulosa, sustancia de la que se alimentan los organismos xilófagos, las piezas de madera resultan menos apetecibles al bicherío. Este es el motivo por el cual la durabilidad natural de la madera aumenta.

La capa carbonizada, además de proteger al resto de la madera de posibles ataques de organismos xilófagos, repele el agua y reduce el daño solar. Por eso el yakisugi es un acabado excelente para revestimientos de madera al exterior.

PERO NO TODO VALE


Desde hace unos años la técnica Yakisugi ha causado sensación por todo el mundo hasta tal punto que incluso se ha hablado de él en el New York Times. Y, aunque parezca una tendencia de moda en fachadas, no es algo inédito. Se desconoce el origen exacto del yakisugi, pero existen teorías de que se utilizaba en Japón hace cientos de años para fortalecer el fondo de los barcos. Su uso en edificaciones se extendió en las islas del mar interior de Japón durante el siglo XVIII, en una época de paz y prosperidad.

 

El uso de esta técnica decayó a principios del siglo XX con la llegada de los revestimientos para exteriores a base de cemento y materiales plásticos. Fue redescubierta en los 2000, primero en Japón para extenderse después por occidente gracias a diseñadores y arquitectos que buscaban materiales de acabado atractivos y sostenibles como alternativa a los productos no renovables.

Es un hecho que a muchos de nosotros la estética de la madera carbonizada nos encanta, pero esta universalización de la técnica Shou-sugi-ban ha fomentado que pensemos que todo vale. Y la realidad es que cuando hablamos de madera no todo vale. La carbonización de la capa superficial de la madera no siempre va ligada a una mayor durabilidad del material.

La técnica yakisugi no se puede aplicar exactamente a cualquier especie de madera esperando obtener los mismos resultados en todos los casos.

LA ELECCIÓN DE LA MADERA ES FUNDAMENTAL


Una de las claves del éxito del yakisugi desde el punto de vista de la durabilidad es que la profundidad de la capa carbonizada sea suficiente y no desaparezca con la exposición a la intemperie.Tradicionalmente en Japón se utilizaba madera de sugi porque el cedro japonés es una madera rica en taninos, ligera, porosa y , además, se quema de forma uniforme.

Las frondosas y especies de mayor densidad se queman a una velocidad más reducida y por ello es más difícil alcanzar una profundidad de carbonización adecuada que en maderas más ligeras que se queman más rápidamente. Es por este motivo por el cual las maderas de coníferas son las más utilizadas para yakisugi, en línea con la tradición nipona.

No obstante, si se consigue la profundidad de carbonización adecuada, la técnica funciona igual de bien con las frondosas.  Su uso está menos extendido porque, por lo general, suelen ser una opción más costosa debido a que los costes de la materia prima suelen ser más altos y el tiempo que requiere el proceso de carbonizado también es mayor.

 

LA DURABILIDAD NATURAL DE LAS ESPECIES


A pesar de que la mayoría de los comentarios de internet alaban el comportamiento a la intemperie de la madera carbonizada, la realidad es que hay muy pocas evidencias científicas de que el proceso de carbonizado confiera protección a la madera frente a los agentes xilófagos.

Las aplicaciones más antiguas del yakisugi que conocemos están realizadas con madera de sugi. Según un artículo científico elaborado por el Grupo de Construcción con madera del Instituto Tecnológico FCBA, la clase de durabilidad natural de la Cryptomeria japónica es alta, mejorando los valores que recoge para esta especie la norma UNE-EN 350-2 de Durabilidad natural de la madera.

Según este estudio, la madera de duramen de la conífera sugi es durable a Hylotrupes bajulus y sensible a termitas subterráneas, coincidiendo con los datos recogidos de la norma UNE.

La clase de durabilidad natural del duramen con respecto a hongos xilófagos es mejor que la que se esperaba según la norma. Al pasar de clasificarse como no durable/5 en norma UNE a durable/clase 2, este estudio abre la posibilidad de utilizar madera de duramen de sugi al exterior, con un buen diseño constructivo y sin ningún tratamiento adicional para mejorar su durabilidad.

Parte del éxito de la técnica reside en que tradicionalmente se utilizó una madera con una durabilidad natural elevada frente a ataques de hongos xilófagos. Esto no significa que podamos extrapolar la técnica directamente a una especie de madera poco durable y esperar que se comporte igual que otra que posea una mayor durabilidad natural.


Además de una adecuada elección de especie,  los detalles deben estar pensados para fomentar el drenaje y el secado de la madera. Este punto es crucial tanto para revestimientos con madera carbonizada como para fachadas de madera sin carbonizar ya que tiene una influencia directa en la vida útil del elemento constructivo.

Fuente: KADOELENWEG | ORGA Architect | Amsterdam

Y ¿cuáles son los básicos que debemos tener en cuenta?

Las piezas de madera deben estar correctamente ventiladas con, por ejemplo, una cámara (ventilada de verdad) tras el acabado de fachada.

El diseño de las piezas de fachada debe favorecer el drenaje y la ventilación.

Evita el contacto de las piezas de madera con el terreno o con la cimentación. La parte inferior de la fachada es la que más sufre con el paso del tiempo.

En el diseño, ten en cuenta el clima. En climas áridos y secos la madera puede experimentar cambios de color y dimensionales de mayor entidad. Sin embargo, un clima costero y húmedo suele ser más abrasivo y desgastar más la madera.

Si alguna pieza se degrada, reponla. Olvídate de la madera en cualquiera de sus variantes si tu filosofía cuadra con aquello que los anglosajones llaman “fit & forget” (montar y olvidar). Con la madera funciona mejor el fit&care” (montar y cuidar).

Para alargar aún más la vida útil de tu fachada de madera carbonizada puedes aplicar sobre el revestimiento regularmente (cada 5 -10 años según publicaciones especializadas) un aceite para retardar la erosión por la intemperie.